Mi rutina deportiva: Las Pisadas del corredor

lunes, 2 de enero de 2012

Las Pisadas del corredor


Las pisadas del corredor
Descubre los distintos tipos de pisada

Pisada “NEUTRA”: todo corredor cuya pisada sea neutra, independientemente de su peso y velocidad. Este tipo de corredor buscará zapatillas neutras, sin ningún sistema de control de pronación. Dentro de este tipo de pisada se incluyen los "SUPINADORES" leves, los cuales buscarán zapatillas neutras con cierto refuerzo en su zona exterior. Los "SUPINADORES" severos deberán buscar zapatillas especificas para esta pisada, no habiendo muchas en el mercado actual. 

Pisada “ESTABILIDAD”: todo corredor que tenga una ligera pronación y bien sea por su peso (<70 kg.) y/o alta velocidad (>4’00’’/km) no necesite zapatillas con un alto control de pronación. Esta tipología intermedia puede englobar a los “PRONADORES” que buscan zapatillas para competición (a ritmos altos la pronación puede llegar a disminuir) e incluso a los “NEUTROS” que busquen zapatillas que eviten en parte la pronación generada por la fatiga de la competición y la falta de sostén del arco plantar. En estos casos tras la inspección en la tienda se aconsejará su idoneidad o no respecto al uso de zapatillas con estabilidad.

Pisada “PRONACIÓN”: todo corredor con una pronación ligera con peso superior a 70 kg y ritmos mayores de 4’30’’/km así como corredores con pronación elevada. 

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Aquí se detalla técnicamente cada una de las pisadas:

PISADA UNIVERSAL O NEUTRA

Un coredor con apoyo universal (o normal) comienza el movimiento de desarrollo de la pisada por el exterior del talón. Antes de llegar al suelo, el pie se inclina hacia el exterior. Cuando interviene el contacto, la punta del pie está todavía dirigida hacia fuera, los dedos están alzados. Esta primera fase dura unos 30 milisegundos.

Rápidamente el apoyo progresa hacia delante e interior del pie. En este momento la tensión de la bóveda plantar aumenta. En carrera lenta, el paso de atrás hacia delante del apoyo tarda unos 100 milisegundos.

Cuando el apoyo llega a la parte delantera, continúa el movimiento de despliegue del exterior hacia el interior. La fuerza final la da principalmente el dedo gordo. En el último momento, puede abrirse nuevamente hacia el exterior. La fase de propulsión dura asimismo unos 100-120 milisegundos.

Obs: en la imagen de la planta del píe, se grafica en línea amarilla la secuencia de la pisada

En total el despliegue del pie en el suelo durante la carrera lenta habrá durado en total 1/4 de segundo. A mayor velocidad, este tiempo disminuye. Aparte de ello, un corredor elástico queda menos tiempo en el suelo que un corredor que no lo sea (a igual velocidad).

En el caso particular de la carrera, la manera de beneficiarse de la energía elástica consiste en limitar el impacto sobre el talón y tender hacia un apoyo en la planta del pie. En este caso, la bóveda plantar y el tendón de aquiles podrán intervenir en la restitución de la energía.

Se considera que al menos un 40% de los corredores presentan este apoyo.



PRONACIÓN - HIPEROPRONACIÓN

La característica del pie pronador consiste en un derrumbamiento del pie hacia la zona interna del mismo. Cuando corrés tus tobillos tienden a girar hacia dentro, es bastante común, de hecho es una amortiguación natural con la que se defiende el cuerpo.

La Pronación es un efecto fisiológico y necesario con el que el pie disipa parte de la carga que recibe en cada paso para adaptarse a las irregularidades del terreno, si no fuera por ese movimiento pronatorio nuestros pies sufrirían lesiones.Cuando esa pronación está aumentada por encima de los parámetros fisiológicos, en ese caso hablamos de corredor pronador.

El despliegue empieza por el exterior como siempre, pero rápidamente bascula hacia el interior, y lleva el peso del cuerpo sobre el borde interno del pie. El Movimiento finaliza sobre el dedo gordo del pie de una manera muy marcada.

Habida cuenta del ataque externo, hay que tener en cuenta que un talón gastado en el exterior no significa obligatoriamente una supinación.

En la hiperpronación, después de que el talón contacta el piso por su lado externo, el tobillo realiza el movimiento de pronación, sin embargo, es muy común que los tobillos de muchos atletas realicen este movimiento en exceso. Cuando esto sucede sobre todo en el primer apoyo, es común que la bóveda plantar se colapse en exceso, observándose como el corredor pisa en exceso hacia adentro.

Con el uso frecuente y con la cantidad de kilómetros las zapatillas se van deformando hacia sus lados internos, especialmente cuando el calzado deportivo carece del diseño y de los aditamentos específicos para corregir o paliar dicha alteración. Como el movimiento de giro o rotación interna del tobillo se da en exceso, además de colapsar de más la bóveda plantar, la pierna también es torcida excesivamente, promoviendo a que la rodilla se salga de su alineación normal con respecto a la pierna, hacia abajo, y con respecto al muslo, hacia arriba.

Por lo tanto, ésta alteración es la generadora de una gran cantidad de lesiones en los corredores. Es decir, ésta alteración se considera como tal cuando el eje del talón (la línea sobre el calzado) pierde su perpendicularidad con respecto al suelo, describiendo un ángulo menor a 90º.

Pero surge algo importante. No todos los atletas sobrepronan en la misma intensidad. Es decir, algunos deportistas presentan sobrepronación muy leve (casi imperceptible) o leve, existen los casos de sobrepronación moderada y algunos atletas logran deformar marcadamente sus zapatillas hacia dentro, definiendo una sobrepronación severa. Todo radica en el grado de desviación interna mostrado por el calzado deportivo en un análisis biomecánico o en forma sencilla, al observar el desgaste y deformaciones de las zapatillas usadas.

Y los síntomas causados por la sobrepronación son así de variados. Se dan los casos de corredores con sobrepronación leve que padecen infinidad de dolencias y lesiones en los pies, piernas, rodillas etcétera, hasta aquellos que con una gran deformación interna de su calzado (y por lo tanto, son sobrepronadores severos), nunca han padecido de dolores o lesiones significativas. De ahí la importancia de señalar que muchos corredores tienen un estilo específico de pisada y además presentan un cierto grado de sobrepronación y por lo tanto, requieren de unos cuantos modelos de zapatillas que tengan los aditamentos y diseños específicos para corregir X grado de sobrepronación. Como bien expone el articulo, el tener dolencia a causa de la pronación no significa que tengamos que utilziar zapatillas con grandes refuerzos de pronación, debiendo ajustarnos a las características personales de cada atleta.

La sobrepronación, cuyos efectos más negativos se generan en la fase del primer apoyo (aunque también se manifiesta en muchos casos en el segundo apoyo e inclusive durante la fase de despegue), según las estadísticas de los especialistas es una alteración muy común. Aproximadamente entre un 50%-60% del total de la población de corredores padece algún grado de sobrepronación.



SUPINACIÓN

En este caso el pie gira según su eje longitudinal hacia el exterior del pie. El borde interno del pie tiene tendencia a elevarse mientras que el externo se aplasta baja el peso del cuerpo. El despliegue empieza sobre la parte externa del talón, pero enseguida en vez de evolucionar hacia el interior, se prolonga por el borde externo del pie para finalmente volver hacia el interior en la fase final.

Los tobillos no tienen la fuerza requerida para ejecutar el movimiento de pronación, provocando entonces que los pies continúen supinando en las siguientes fases de apoyo sobre el suelo. Al no pronar, los pies no pueden amortiguar de manera natural el impacto, y esto a su vez repercute nuevamente en las rodillas y otras partes de su cuerpo. Esta alteración recibe también el nombre de Débil pronación, ya que designa a aquellos tobillos que no tiene la fuerza suficiente para realizar el movimiento de pronación. Por lo tanto, la débil pronación queda definida cuando el eje del talón (la línea sobre el calzado) también pierde su perpendicularidad con respecto al suelo, pero ahora describe un ángulo mayor a 90°.

Esta alteración es poco frecuente, aproximadamente el 10% del total de corredores son supinadores, y a menudo se confunde con el desgaste excesivo de la zona externa del talón. Los supinadores comprimen y desgastan sus zapatillas a todo lo largo de los bordes externos y no sólo en la zona del talón.



VARIACIONES DE LA HUELLA Y SU ESTUDIO

Sin embargo, la evidencia ha demostrado que muchas veces los pies en posición estática pueden comportarse en forma totalmente distinta al estar en movimiento, ya sea descalzos y por su puesto, al desplazarse durante la carrera. Se dan los casos de que un par de perfectos pies normales en posición estática pueden transformarse en pies planos durante la carrera; o los pies cavos en posición estática, pueden cambiar a pies normales y en ocasiones hasta en pies planos durante la carrera. Por lo tanto, la huella plantar únicamente nos da una primera aproximación de lo que puede esperarse del mismo pie pero sin movimiento.

De aquí la importancia que la exploración de los pies de un atleta se realice tanto en posición estática como en movimiento (si es posible, corriendo), revisando además su historial de lesiones y analizando a su vez los desgastes, deformaciones y alteraciones del calzado deportivo usado, ya que las zapatillas usadas muestran en forma fidedigna lo que le ocurre a los tobillos y los pies del deportista durante la acción deportiva. Al tomar en cuenta todos estos elementos, el diagnóstico acerca del tipo de pisada de cada atleta será más preciso.

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